22 octubre 2009

Prime

Era otro de esos días en los que volvía del trabajo con la cabeza quemada, por lo que la mejor opción como medio de transporte para regresar había sido nada más y nada menos que mis dos piernas. Veinte cuadras a las ocho y media de la noche se caminan solas, más todavía si uno puede disfrutar la calma, la buena música y saborear un puchito mientras la noche aparece. Era uno de esos instantes de total autismo. Era uno con el mundo, pero como el mundo no es perfecto, el nirvana se vió interrumpido en el mejor momento.
Cuatro cuadras antes de mi hogar, en la puerta de un salón de fiestas infantiles, escuché un "Plop", como es las mejores épocas de Condorito. Me di vuelta para mirar qué había sucedido y horrible fue mi sorpresa al ver que no había nada ni nadie a mis espaldas. Ningún indicio que explicara el fuerte ruido que superó la barrera de mis auriculares a todo volumen. Divisé el paisaje buscando el origen del asunto y cuando me disponía a seguir con mi marcha, otro ruido me taladró los tímpanos.
¡¡¡Buaaaah!!! ¡¡Mi gdobo!! Bajé la vista y a mi derecha se ubicaba un menor muy muy menor de edad que hubiera sido la delicia del primer párroco que lo viera. Me clavó los ojos rojos y amargos y me enseñó un palito que llevaba en su mano con restos de goma azul en la punta. Yo seguía sin entender qué había pasado.
Ante el estruendo y el llanto del infante, los curiosos invitados del ágape abandonaron el salón y salieron a increparme. Hijo de puta, maleducado, le rompiste el globo al nene dijo una señora con cara de abuela. En un abrir y cerrar de ojos la esquina estaba copada por mucha gente formando un semicirculo acusador, dispuestos a incrustarme un disco de La Isla de Panam en el medio de la yugular hasta desangrarme. Todos me señalaban como el causante de haberle arruinado a un niño su cumpleaños. Era peor que haberle escondido las herramientas a Bob el Constructor.
La realidad del asunto indicaba otra cosa: el mocoso chocó su globo contra mi cigarrillo mientras yo venía caminando y este no demoró mucho tiempo que digamos en darse de baja. Obvio que en salita amarilla no existe Fisica como materia, por lo que para la limitada mente del párvulo, yo era un asesino mucho más malo que Gargamel con armas de fuego.
No faltaron las preguntas indagatorias y el punto máximo llegó en forma de acoso de un payaso animador diciéndome "¿Qué lo bardeás al pibe?"
A nadie se le caía una idea, hasta que se me acercó el progenitor del damnificadito y no escatimé en detalles sobre qué era lo que había sucedido. El tipo comprendió mi inocencia en el hecho y me dejó volver a mi casa tranquilo. Supe por su atención que él también, algunos años antes, había dado explicaciones a un padre. A él también, unos años antes por accidente se le había roto un globito...

09 octubre 2009

Llamame cuando llegues

Viernes pasado, 20 hs. Al teléfono con Antito.

Anto: Me cambiaron la fecha de la operación.
Chul: Sí, me contaste hoy al mediodía.
Anto: Así que mejor, porque además voy a estar un par de días con las marcas.
Chul: ¡Momento!
Anto: ¿Qué?
Chul: ¿Vas a estar tipo monstruo?
Anto: ...
Chul: ¿Con la cara hinchada y un montón de moretones?
Anto: Probablemente.
Chul: ¡Voy con la cámara!
Anto: ...
Chul: ...
Anto: Me puedo morir en la operación, estúpido.
Chul: ¡Es una operación de amigdalas! Hasta yo podría hacerla. Y con un cutter medio oxidado.
Anto: ...
Chul: ¿Qué?
Anto: Es de la nariz.
Chul: Ok... ¿Y te van a abrir la nariz en dos?
Anto: Capaz.
Chul: ¿Puedo hacer la segunda pregunta incómoda sin que me cortes el telefóno?
Anto: ...
Chul: ¿Tienen lugar ahi para poner TODO ESO?
Anto: ...
Chul: Quiero creer que es en un galpón la intervención quirúrgica. Tu nariz es desproporcionada.
Anto: ...
Chul: Si la van a abrir al medio, posta van a necesitar mucho lugar donde ponerla.
Anto: ...Te fuiste al carajo, chau.
Chul: Nonononono ¡Pará! ¡No me cortes!
Anto: ...
Chul: Ya sabés que a veces trato así a todo el mundo, además no tengo un buen día.
Anto: Deberías tener un trato especial conmigo, soy tu mejor amiga.
Chul: Lo sé, ¿y vos qué trato especial tendrías conmigo?
Anto: Olvidate gordo. No te toco ni con un puntero laser.
Chul: Afortunadamente.

Igual, obvio se las ingenió para salir ganando en la conversación, golpeando donde sabe que duele.