28 septiembre 2008

Tres tristes tigres

3 diálogos interesantes.

Telefono, miercoles al medio día.
-Hola Julián. Soy Nombrequenorecuerdo de Standard Bank (blablabla). Te quería ofrecer la tarjeta de crédito---
-No, vos me queres fundir.
-(Risas)
-No te rías, tengo razón.
-No sé si sabías que por ser cliente del Stand--
-¡Te dije que no!
-¿Por qué?
-Porque no me dan los números ahora; laburo, estudio y digamos que técnimente me mantengo solo. Lo único que me falta es tener a alguien más que me quiera engrampar en cómodas cuotas.
-...
-Ustedes son peores que los Mormones y los Testigos de Jehová un sábado a la mañana.


Iglesia, sábado a la tarde a minutos de que bautizaran a mi primito de dos años.

-Santi, el zapato que te va a tirar agua ahora es un nazi. Es el mismo que le dio la comunion a Julieta hace un par de años.
-Iaaaaaaiaaa
-Si, a Julieta. Te va a mojar la cabeza, ¿si? Le tenes que decir "Facho PUTO", ¿estamos?
-Iaaaaaaaiaaaa
-Si, si "Iaaaiaaa" está ahi adelante esperando que te conviertan para sacar unas fotos
de la dominación y sumisión.

Por supuesto que el mocoso no le dijo nada al ensotanado y simplemente se limitó a llorar mientras el resto de los participantes mirábamos tan triste evento. Mi tía lloraba de la emoción.

Domingo a la noche, diálogo con Daniela en su casa.

-Che, Juli, ¿Todos los animales tiene cuatro patas?
-No, tienen 2 manos y 2 patas
-...
-¿Qué?
-¿No hay ninguno que tenga más?¿Seis, ocho patas?
-No sé.
-¿La hormiga?
-JAJAJAJAJAJAJA... ¡¡HIJA DE PUTAAAA, LA HORMIGA ES UN INSECTO!!
-Ah, ¿Sí? ¿De qué reino es?
-Del de Mónaco, que carajo sé Yo. Acá la maestra sos vos.
-...
-Bruta.
-...
-Corrijo, no es del Reino de Mónaco.
-No, obvio que no.
-¡Claro! Mónaco es un Principado
.

12 septiembre 2008

Spa'stillado

La falta de sueño me estaba matando literalmente. El trastorno sufrido por el poco descanso traía consecuencias horribles, como quedarme dormido en el bondi y seguir viaje hasta Benavidez a las dos de la mañana, o bien distraerme en el laburo y la facultad pensando en si hacerme de las divinas ó de las populares.
Llevaba más de un mes a ritmo arrollador, pasando hasta dieseis o diecisiete horas en la calle, y durmiendo por noche apenas cuatro o cinco horas con algo de suerte. Mi cuerpo, por supuesto, me estaba haciendo pagar los platos rotos y para el momento que dije: "Basta", debía ejecutar el plan de acción.
Aconsejado por mi progenitor, me dirigí hacia un local de yuyos, de esos oscuros y olientes a pachuli y pedo de vieja en busca de una solución. Al ingresar, una joven de pollera gastada me recibió con una taza de té en la mano, y una sonrisa de muñeca tallada en el rostro. Aunque su mirada parecía algo perdida y no generaba mucha confianza que digamos, le conté qué me había traído hasta allí mientras el humo del sahumerio me jugaba una mala pasada, e instantes más tarde hizo su oferta.
Me mostró todo tipo de pastos que, ahogados en agua hirviendo, mejorarían mi rendimiento mental y físico en un par de sorbos. Sacó frascos, paquetes, cajas y bolsitas, enseñándome con mucho cuidado las virtudes y ventajas de cada uno de sus productos. Finalmente, después de media hora de divagar por el negocio, puso en mi mano un paquete con píldoras casi tan mágicas como el viagra, acusándolas de ser un reconstituyente nervioso que curaría mis males.
Cuando le pregunté por qué me había mostrado todo el yuyaje hippie sabiendo de antemano que acabaría por darme pastillas capitalistas, contestó un claro "Es que estas mierdas no me las compra nadie". Le contesté con una mueca, le tendí un Belgrano, tomé el vuelto y me dirigí a mi casa, a contramano de la ciudad, que ya empezaba a apagarse.
Sospecho que los resultados ya están a la vista: tengo una nueva adicción además de las ya conocidas como el mantecol, la coca cola y los cigarrillos; Ya no me duemo en el sesenta a la noche, pese a las dos horas y media de recorrido hacia mi techo. Ya casi que volví a mi óptimo rendimiento laboral y aunque no sé bien si es culpa de las pastilocas o si es que el efecto placebo es de repente mi mejor amigo. Lo que sí sé con seguridad es que pese a un montón de cosas, en mi decisión no hay vuelta atrás y no tiene ningún tipo de negociación: Digan lo que digan, ya elegí por las populares.

03 septiembre 2008

Franky

He creado un monstruo.... y me siento muy orgulloso.