13 enero 2013

Un poco tarde


Un hombre soberbio que fue humillado. Un escritor brillante que no conoció la luz del reconocimiento. Un antihéroe dispuesto a dar batalla.
Estos son solo algunos de los calificativos que bien podrían adornar la lápida de John Kennedy Toole, el famoso autor que murió de anonimato.
Nueva Orleans fue su hogar y su cárcel. Pero por sobre todas las cosas, fue el perfecto escenario para tejer, con arácnida paciencia, una de las novelas más ácidas y cómicas de la última mitad del siglo XX. El blues, el barrio francés, las fábricas, los afroamericanos y las prostitutas, constituyen pequeñas pero fundamentales piezas para el desarrollo de la historia de la obra de su vida.
Ignatius Reilly, su personaje estrella y estrellado que protagoniza "La conjura de los necios" es, siempre, dos cosas al mismo tiempo.
Es el que carece de timidez, aunque vive en solitario. Es el dominado por su madre, que no concibe relacionarse con otras mujeres ni buscar un nuevo hogar. Es el que está rodeado de personas de las que quiere escapar para refugiarse en su cuarto. Es el hombre apasionado por la lectura que pasa las horas quemando sus neuronas frente al televisor. Es el revolucinario apaleado por los obreros que intenta liberar. Bien podría ser un chiste que salió mal, si no se tratara de una perfecta caricatura del propio autor: Ignatius es John y John es Ignatius.
Llegando al final, el camino que los une se bifurca. John, frustrado por no conseguir publicar su novela, se suicida a un costado de la ruta, sin saber que su tragedia se transformará en una historia de culto.
Ignatius, por su parte, se aleja en un auto hacia nuevos rumbos. Quizás, los que John hubiese querido para sí mismo. El personaje trasciendo el autor. Los conjurados han ganado.

5 comentarios:

Bell dijo...

Antes que nada gracias por tus palabras. Hoy en día cuesta encontrar blogs activos y mucho más interacción en los comentarios así que aprecio mucho tu pasada. Ahora con respecto al post no podría estar más de acuerdo, leí La conjura de los necios hace un tiempo y me voló la cabeza, un libro que sabe sacar buenas carcajadas. Una lástima que se lo haya reconocido tantos años después de muerto aunque quién sabe qué habría sucedido si no sé hubiera matado, qué cosas habría escrito. Por lo pronto me debo la lectura de La Biblia de neón. Un saludo y gracias por la buena onda!

Pau dijo...

Quedé fascinada con la historia del escritor. Nunca había leído La conjura de los necios, y lo estoy por terminar en breve. Que gran libro! Y ahora, paso x acá y me encuentro con este post muy a tono con mi mood de lectura y sonrío. :)

Maga h dijo...

Wow!!! Que bueno!!

Me gustó y entiendo esa fantasía, y no estaría mal pemsar que aunque sea, "mi" personaje alguna vez sea!

Abrazo!

Julián Torrado dijo...

Bell,
Yo también me debo la lecutra de La biblia de Neón, creo que es imposible conseguirla.

Pau,
Gracias! Es de lo mejor que leí en la vida.

Magah,
Pero tratá de no enloquecer en el camino.

Nelson dijo...

Todo está lleno de injusticias y sinrazones. Es inútil intentar encontrarle alguna lógica y todo parece resumirse al viejo y gastado dicho popular: estar en el momento y lugar indicado.