Convencido de haber vivido a lo largo de mis años de vida muchas de las sensaciones que puede experimetar un ser humano, la vida se encargó de demostrarme lo contrario. Hace ya unos diez días vi un video sobre la vida del Delfin Quishpe y su humilde origen que, sin saberlo, cambiaría mi concepción de las cosas de ahora y para siempre. Una simple palabra. Un diminutivo esbozado por el genio de la musica que seguramente en poco tiempo lo tengamos tocando en Buenos Aires. Nueve letras. Una detrás de otra haciendo que me corra un fríito por las bolas (dejándome lejos de tener una erección).... "Piedritas". Esa palabra cada vez que la escuho me remite automáticamente a la choza que se ve en el video. No puedo evitarlo. Es más fuerte que yo. No puedo evitar conmoverme ante un diminutivo. No me sale.... AHHH!!!!
Como si todo este trastorno mental (que intenta a cada momento hacerme dudar de mi virilidad ) no fuese suficiente, hoy por orden de uno de mis jefes fui a llevar una carta al correo. ¿Que tiene de malo? La dirección..."San Pedrito 1920, Capital Federal".


SAN PEDRITO!? ¿Es el mismo San Pedrito que cuida el cielito? ¿Con su llavecita? ¿San Pedrito es chiquitito? ¿Tiene una casa hecha con piedritas? No me sale que decir...
Solo se... que no se nadar (Alfonsina Storni)