16 julio 2008

Meado

Despedí a Mariana en Cerrito y Corrientes a las cinco de la mañana del domingo. Todo lo que me quedaba por hacer sonaba muy fácil a simple vista: Debía caminar hasta Callao intentando no pegarme la cabeza contra nada ya que tenía la visual y la motricidad un tanto distorcionada por la ingesta alcohólica, esperar el 60, sentarme y procurar no vomitar ni decir alguna estupidez que me inculpara hasta llegar a casa.
La primer parte del trayecto a pie diría que fue casi memorable si no hubiera sido por la puta lluvia finita, molesta como el mosquito veraniego que hace ruido y no pica. En el camino por la Av. Corrientes, recibí dos o tres papelitos invitándome a conocer más de cerca a unas chicas que por un módico precio preometían hacer de todo. El individuo que las repartía tenía cara de que si no iba a Cocodrilo, le ponían media falta. Además tuve el tupé de cruzar bien en cada esquina distinguiendo los colores del semáforo, y evitando morir ebrio, atropellado y solo cual Judas para el dia del amigo.
Mojado y molesto, arribé a la parada para esperar la muerte. El 60 es básicamente como la muerte: si no lo tenés que tomar, pasan uno seguido atrás del otro, casi como gozándote y haciendo Pito Catalán. En cambio, en el preciso momento que se te ocurre usarlo, cuando más lo deseas, no llega ni en joda. Como la muerte misma.
Cuareta y cinco minutos más tarde llegó y no me demoró mucho apoyar mi masa encefálica contra la ventana, cerrar la boquita para no salivar, bajar el volumen del telefono para evitar ser despertado y procurarme una linda siestita de regreso a mi hogar. Pero no, claro que no. Hora y media después descubrí que lo peor todavía no terminaba y que si algo me sale mal, me sale mal en serio.
Mi reloj biológico no me había jugado una buena pasada y para cuando abrí los ojos, estábamos dirigiéndonos por una calle de mano única. Acá hago dos aclaraciones. La primera es que no recuerdo jamás haberme quedado dormido en un colectivo, o mejor dicho, haberme pasado. La segunda es el recorrido habitual del transporte: El 60 viene por Callao, después da un par de vueltas y toma Av. Las Heras, trepa por Santa Fe que luego cambia de nombre y se llama Cabildo, despúes cambia de nombre y es Maipú, cruza la calle Paraná (calle top que divide Martinez de La Lucila. Piensenlo "Para na'". Emana Glam) Vuelve a llamarse Santa Fe, cambia su nombre por Centenario, luego es Av. Presidente manquito Perdón, dobla, agarra Libertador y le pega derecho hasta Tigre. Yo debía bajarme en Centenario ¿Y qué creen? Amanecí donde Libertador estaba terminando.
Descendi como pude, mientras me daba la frente contra el vidrio de la puerta, ya que entre la confusión, la paja que caracteriza mi andar y el sueño, mis sentidos estaban completamente alterados, Casi sin pensarlo, retrocedí una cuadra hasta Av. Presidente manquito Perdón y me dispuse otra vez a esperar la muerte. Ya no era la primera vez en la noche que estaba en esta situación: era la segunda. No estaba en casa, estaba cagandome de frío esperando otra vez el bondi por haberme quedado dormido. Otro pequeño detalle aparte es que confundí un poste con una supuesta parada y, aunque extendí mi manito cual Nazi saludando al Riech, no quisieron frenar ninguno de los cuatro sesentas en fila india que por ahí pasaban. Caminé cien metros hasta el lugar indicado y nosecuantosminutosdespués pude emprender el eterno camino de regreso.
A esta altura del relato me sentí desdichado por un lado, y cagándome de risa por el otro. Porque si hay algo que aprendí es a reirme en situaciones de baja maldad como esta, como en otras muchísimo más graves. Solo espero que la recompensa por esto sea muy buena.
No obstante si alguno se cruza con el jefe de mi destino colectivístico pásenle un mensaje: Díganle de mi parte que renuncio, que se haga culear por un burro bicéfalo... o que se cope y me regale un auto.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Te extirpaste el cerebro para apoyar la masa encefálica contra la ventana?

ccccc dijo...

chulian, en idioma pa' lo' pibe': aflojale a la botella, jajajaja.

cuando vuelva a martinez te paso a saludar.

pixie dijo...

Jajajajajajajajaja!!! no te cuento las veces que yo me pase en el colectivo nene! y peor, porque yo necesitabaa llegar a Centenario, y como venía en el 152 tenía combinación... pero no, siempre amanecí en la terminal del fucking bondi!

Como te comprendo, el loco 60 es la tortura máxima, pero es el único q nos lleva a todas partes... o al menos qe vi en todas partes.. .JURO QUE VI UNO EN EL SUR UNA VEZ ...



Besote gor!

Ari dijo...

¡¡CHOBORRAAA!! ¿A dónde quedó el niño abstemio e "inocente" (nótese el uso de comillas) que conocí? Te estás pervirtiendo...

En otro orden de cosas: confesá que el post anterior lo escribiste para levantar minas, cheeeee. Las dejaste a todas muertas ;) jejejejeje
Besos, pendex.

Akasha! dijo...

Ves?! Ves?! por eso no tomo alcohol.

:)

por suerte si me paso aca, no pasa nada, todo esta mucho mas cerca que alla. Igual ni siquiera me tomo el colectivo cuando vuelvo a la noche, yo...tassssi, gor.

Estrambótica dijo...

jajaja ya desde el título me salieron algunas risas.... pero te imagino con resaca y abajo de esa lluvia de mierda jajaajaj nono, muy bueno.
te hacemos una vaquita entre todos y te compramos un auto.
te copa?

jaja saludos!

Marcia dijo...

jajajajajajajaj

nene, cómo te extraño...

viste las cosas q te pasan por no estar con Marcia.

Te quiero!

Anónimo dijo...

ese es mi amigo!! expresando con suS METAFORAS QUE TANTO LO hacen hacer diferentes de los demas.

en su momento de leer el post.... estaba pensando que escribir... pero como me hice desabitue de estas cosas... a la hora de los bifes me olvide que iba a escribir jajaja :p


ahhh ahora mas o menos me acuerdo cuando ibas por esa calle solitaria de un solo camino era un sueño que te representaba la homosexualidad reprimida :P.


COmo aquella vez en el casino del parque de la costa... que sabes lo que me debés...


el 60 que recuerdos..

En fin...


grosoo.