Se que ya no volverás...

Ya de a poco empiezo a acostumbrarme a la perdida de mi hijo, el reproductor de mp3 que me acompañó a todos lados en estos últimos dos años. Ese hijo a pilas que noche a noche me cantaba hasta que me quedaba dormido. Ese mismo que me hizo el aguante en los largos viajes a Avellaneda o a la Costa Atlántica. El que nunca jamás lloraba cuando se me caía de pantalla al piso.
Ayer un morocho de buzo canguro rojo (si alguien se lo cruza, atropellelo en mi nombre) decidió hacer valer los valores primordiales de la triple A. No hablo de la Alianza Anticomunista Argentina. Más bien me refiero a la Asociación Amigos de lo Ajeno.
Parece que desde la Asociación le llegó la orden siguiente: "Eh vieja, e jueve y el findesemana largo se aprosima. Ma vale ke consigá uno morlaco para el paquito poke sino te shenamo la pansa de balazo y no te dejamo entra má a nuetro eclusibo cector. Lavatupper". Ante tal intimación, que haría temblar al mismisimo Lucifer (fui a una escuela católica, comprendan) nuestro compatriota decidió salir por las calles del barrio de Vicente Lopez, donde usualmente trabajo. Obviamente no iba solo. Lo escoltaba su fiel compañera: una pistola automática calibre 22.
A las 18.30 horas, la calle Pena (que casualidad) se hace oscura y es el lugar perfecto. Los altos arboles dificultan aún más la iluminación y las víctimas caminan inocentes para volver a sus hogares. Este hombre desalmado lleva en su cabeza una sola idea: Quedarse con mi pequeño hijo y demases pertencias. Intimando a gritos, con los ojos colorados y ayudado por su compañera recien cargada. Cumpliendo tal como se le fue encargado su objetivo. En menos de un minuto llegó y se fue. Escapando al trote por la Avenida Maipu. Emanando por cada uno de sus ennegrecidos poros un olor a violacion cobarde. Sin pensar que este padre extraña a su hijo. Sin pensar que ahora me paso el día como un pelotudo arriba del tren o del sesenta embolandome para ir y volver de todos lados. Sin tener en cuenta lo que le costó a mi familia regalarmelo. Si lees esto, tené en cuenta que con un arma en la mano y un montón de balas en el cargador yo también me hago el guapo. PUTO. Solo me resta pensar que las canciones de Keane, Oasis, U2, Bersuit, Viejas Locas, Soda Stereo y Calamaro ahora fueron reemplazadas impunemente por El bombón Asesino y La piba lechera. En fin, el jueves ya pasó. El viernes tenía que ser mejor.
Mi día transcurrió sin pena ni gloria. Solo quería volver a casa lo antes posible para depositar una rosa negra sobre la caja que ofició de Útero durante quien sabe cuanto tiempo hasta que Mercadolibre.com.ar decidió que seas un buen hijo y yo un buen padre. Vos andando joyita nunca taxi. Yo siempre recargando las pilas para que no te canses tan facil.
La jornada laboral había terminado y yo ya estaba en mi hogar. Guardé a tu pequeña cajita en una repisa. Ahora quería lleguar al cuarto de mis viejos para quedarme dormido con la dulce compañía de la caja boba, mogolica, vizca y retardada. Cuando prendí el aparato, una voz que me sonaba familiar penetró mis oidos. Como si un enano con la pija grande estuviera ensañado por perforarme el tímpano con su tremenda chota. Era nada más y nada menos que el mismismo Martín Palermo haciendo un bolo en "Patito Feo". El mismo que erró tres penales jugando para la Selección. El mismo que no sabe armar una sola oración coherente. El ex marido de Jacqueline Dutrá. Esa que estando en la casa de Gran Hermano pregunto qué eran esas cositas. Le respondieron "Cámaras"... entró sin saber que la iban a estar filmando todo el día la muy puta. Pero seguro tiene un iPod de la concha de la lora y que seguro no se lo robaron. Esto es demasiado para mí. Me voy a dormir. El sabado será mejor.

¿El sabado será mejor?