23 noviembre 2007

Caminando por un cheque

La noticia chocó mis oídos y un reflejo de dulzura y riqueza inundó mi corazón: el momento de cobrar el reparto del ABL había llegado.
Cargué la mochila con las cosas para dar las clases que debía dar por la tarde. Puse biromes demás y una bolsa con caramelos para convidarles a mis alumnos y partí momentos antes de las diez de la mañana. Iba a ser un día largo.
Llegué al edificio correspondiente al Municipio donde laburo y luego de una larga espera, un empleado con menos onda que flequillo de chino se encargó de quitarme las ganas: "No, mirá, el cheque lo tenés que ir a buscar a Niñez, ya que vos trabajás allá". Ok, no es tan malo que me dijeran eso después de esperar media hora que un orco de dimensiones geográficas termine su café y su habitual cigarrillo para darme la buena nueva.
Arribé a mi habitual lugar de trabajo y la recepcionista de la mañana fue quien siguió opacándome el día: "No, Ju, acá no está. Tenés que irte a Acción Social que los tienen ellos. Perate que llamo y te confirmo". Amablemente la voz del otro lado del tubo respondió que sí, que efectivamente el pasaporte de la felicidad, o cheque, como prefieran, se encontraba en ese despacho.
Minutos más tarde, la siempre clásica empleada pública, sus ojos mal delineados, su boca con migas de medialuna recién deglutida, sus uñas mal pintadas y su falta de predisposición dijo no saber de qué le estaba hablando, pero me envió al segundo piso donde "Capaz que ahí te dan bola...¿Un reclamo era lo que tenías que hacer?". No respondí y subí los escalones pensando que me equivoqué de vocación, de empleo y de carrera. En mi próxima vida quiero ser asesino serial.
Otro piso más. Otro empleado imbécil. Otro idiota con cargo. Otro parásito al mando. Otro forro que no se molestó en orientarme, pero sí pudo decirme que el cheque ESTABA, hasta hacía algunos minutos antes de que yo llegara, y que una señora se los había llevado a otra secretaría municipal.
La última escala de este viaje de cabotaje donde el transporte fueron ni más ni menos que mis dos piernas, no iba a ser distinta a las anteriores. Otro rato esperando, otro rato explicando, y otra vez la respuesta: "Sí, acá los tenemos, pero falta que lo firme la autoridad para que puedas ir a cobrarlo. Venite en una hora, hora y media que ya va estar". Me cago en la burocracia, susurré bajito para que no me escuchen. Esperar el autógrafo de la autoridad competente me era inútil, pues para esa hora ya era imposible pasar por ventanilla a retirar lo que me correspondía.
Y así me fui. Una ciudad deboraba a cada paso a este autista con auriculares puestos que escuchando su música disfruta de ver las raras imágenes de una Avenida en horario pico. Y así me fui, a llorar mi pobreza. Me sentía sucio, chivado, con ganas de mear verde. Mirar la billetera por demás flaca era como ver mis sueños de fin de semana de lujuria desplomados por falta de una firma. El Tren de la Costa fue testigo de mi desazón y mi pobreza. Luego Burguer King de Unicenter se encargó de alimentar mi estómago y calmar mis ánimos de prenderles fuego los pelos de la cajeta a todas las cerdas que me hicieron el medio día imposible.
Ya vengarme de toda la lacra municipal no me interesa...sé lo que quiero para mi próxima reencarnación.

9 comentarios:

Florencia dijo...

Dulce Chulian, la verdad que tienes un don único para ejercer todo eso que narraste... yo me hubiera vuelto loca y puteado a todo empleado que me cruzara...
Enfim, linda forma de expresar el dia a dia tan burocratico...

:)

Anónimo dijo...

"... su lechuguita."

Julián Torrado dijo...

no entendí ari =(

Mayfair dijo...

Me hiciste acordar a cuando fui a pagar una deuda con speedy, (soy de banfield yo) y me mandaron a pagarla a capital. Cuando llego mi turno se les cayo el sistema y me hicieron velver en una hora, cuando volvi andaba todo perfectamente menos lo que tenia q ver con speedy, "volve en una hora, hora y media".
asi fui y volvi 4 veces mas.
Es culpa de mi madre explotadora que me manda sola a capital a pagar una cuenta de mierda.

Excelente lo que escribiste :) como siempre.

Beso :)

Anónimo dijo...

Cuando reencarnes en asesino serial avisame asi te pido un par de favores.
besoo!

Anónimo dijo...

VEMGAMZAAHHHh!!

Anónimo dijo...

burocracia se llamaba la tortuga de mafalda y habia un chiste que decia: burocracia su lechuguita...

yo los hubiera putiado a todos=)

creo que me voy a final con economia no fue feo el parcial.;)

en fin cero ganas de escribir

pero pase igual
que buena que soy:P

besos

Julián Torrado dijo...

Gracias flower por la aclaración, no entendí el comentario de ari.

Anónimo dijo...

Si, si... florchas tiene razón, eso quise decir. Estuve críptica.
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