10 diciembre 2007

Medio pelotudo

Venía desde el jueves paséandome por Buenos Aires entre cervecitas en bares alemanes, heladerías de prestigio, río con amigos, conciértos de ópera al aire libre, recital de Los Decadentes, otro bar en el río y una escalada técnica a las cinco de la mañana en un Mcdonalds. (Envídienme todos los que estén preparando finales o no salen porque sus novios o novias no los dejan).
El domingo había arrancado fenómeno, pese a haber dormido algo así como tres horas y sentir que el hígado regeneraba células muertas aniquiladas la noche anterior gracias a la cerveza y otras bebidas "shpirituosas". Llevaba las gafas puestas para tapar la cara de muerto, la mochila repleta de cosas y a punto de parir un toallón, el traje de baño y otras pelotudeces que suelo cargar encima, junto con Tin eran los compañeros de viaje a la cita ineludible en la casa de nuestra amiga italoargentina.
Luego de recibir un codazo en el pómulo por parte de Nacho y de terminar de comer llegó la sobremesa acompañada por un poco de música y empezaron las cargoseadas de siempre para arrojarme a la pileta. Esto no solo generó mi descontento y mal humor, sino que además provocó un golpe de mi pierna contra el borde de una mesa corrida para la ocasión.
El solcito ya me estaba fajando mi panza por demás blanca y haciendo que el asado dentro de mi estómago permanezca más caliente que cuando lo comí. Fue así que luego de descansar un poco a la sombra para evitar inconvenientes digestivos, decidí arrojarme a la pileta al grito de "¡Ryan!" mientras contoneaba la cabeza de lado a lado, en Honor a la película que supo deleitarnos con su violencia innecesaria. Pero claro, un error de cálculo hizo que aterrize de rodillas contra el fondo del gigante recipiente de concreto, generando el tercer machucón en lo que iba de la tarde.
El cuarto golpe fue completo. Yo quería hacer la vertical como Nadia Comaneci. Puesto que nunca pude hacerlo fuera del agua (ni en mis épocas más atléticas) intenté hacerlo en la zona profunda del pozo ciego ese celeste y con líquido. La debilidad en un brazo hizo que mis huesos craneales impacten con el fondo de cemento y que por acto reflejo aspire con esta bella nariz que Dios me dió, aproximadamente, setenta mil litros de agua. No obstante, ni el dolor de cabeza, ni los mocos líquidos colgando, ni el agua que luchaba por salir de mi encéfalo, ni sentir que mi cerebro había sido cruelmente reemplazado por todos los animalejos que habitaban en las profundidades podían impedir que me arroje otra vez para jugar en equipos a la pelota.
Mi huevo derecho y mi fiel amigo fueron el blanco perfecto de un bochazo de Nacho que me dejó fuera de combate por lo que quedaba del domingo. Ya eran las ocho de la noche y decidí sentarme en la escalera y ser víctima de un pisotón de Marina. Pero no fue un pisotón cualquiera, eh. Fue un pisotón de esos que te estrujan los deditos, te los aprietan, te los comprimen y raspan contra el suelo de hormigón de la laguna encantada. Fue de esos pisotones hijos de puta que valen el triple de todos los martirios y tormentos sufridos antes. Era mejor salir de ahí antes de que las demostraciones de cariño de mis amigos sean cada vez más fuertes y acaben por arruinar lo poco que me quedaba sano.
Odio los golpes y sin dudas la tardenoche me había propiciado unos cuantos. Eran como las nueve de la noche y partimos de la casa de Dani. Algunos cansados, con rostros y hombros colorados como un esquimal pasando un veranito en las Bahamas. Yo en cambio caminaba casi rengueando, molesto y con medio par de huevos lesionados.

6 comentarios:

Ari dijo...

Pasa que vos sos muy inocente y no te diste cuenta que tus amigos están complotados para destruirte.

Anónimo dijo...

chulian vale postear mas seguido y no pedirle a agus q te firme pq no sabe q escribir..COMO ME PERDI LA OPERA JAJAJAJAJA besote

Mayfair dijo...

Jaja, si es mio. A veces se me ocurren cosas interesantes y tomo apunte mental de esas cosas, lo que sucede es que mi memoria las olvida y que esas cosas fluyan cuando uno se encuentra en frente a una hoja o frente a la pc es casi imposible, pero de vez en cuando ocurre.
Tu relato me hizo acordar a una accidentada navidad en el que me electrocute 6 veces, me queme el pelo, me corte el dedo y un petardo me dio en la frente. Esas cosas o no pasan nunca o pasan todas juntas.
Besote :)

Anónimo dijo...

hola querido aca te firmo prometo firmarte mas tarde y mejor

beso.

Anónimo dijo...

yo, te voto con todo el elenco completo.

Lady Camila Carrara dijo...

me hiciste llorar de la risa...


JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAAAAAAA